Así son las cosas, y está bien que así sean.
En este desierto, nadie mira, nadie escucha: puedo llorar, gemir, hacer frente a la desesperación ¡Necesidad, cruel claridad!
Así son las cosas, y esta bien que sean así.
Nadie derrama en esta herida el ácido de la simpatía. Nadie, el veneno de la piedad.
En este desierto, nadie mira, nadie escucha: puedo llorar, gemir, hacer frente a la desesperación ¡Necesidad, cruel claridad!
Así son las cosas, y esta bien que sean así.
Nadie derrama en esta herida el ácido de la simpatía. Nadie, el veneno de la piedad.
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