─ Porque la risa, respondió G., nos libera de una energía superflua que si quedara sin uso podría volverse negativa, es decir, tóxica. Tenemos siempre en nosotros una fuerte dosis de esta substancia tóxica. La risa es el antídoto. Pero este antídoto es necesario sólo mientras seamos incapaces de emplear toda nuestra energía para un trabajo útil. Se ha dicho que Cristo no rió jamás. Y en efecto, no encontrarán en los Evangelios la menor alusión al hecho de que Cristo haya reído una sola vez. Pero hay diferentes formas de no reír. Algunos nunca ríen porque están completamente sumergidos en sus emociones negativas, su malicia, su miedo, su odio, sus sospechas. Mientras que otros no ríen porque no pueden tener emociones negativas. Comprendan bien esto: en los centros superiores, la risa no puede existir, ya que, en los centros superiores, no hay división, no hay ni «sí» ni «no».”
Soy Miguel Ángel Reche Psicólogo Terapeuta Experto en psicología transpersonal y positiva. Dirijo talleres y tengo consulta en Sevilla: reche2@yahoo.es o 655090215
lunes, 16 de febrero de 2015
¿Por qué la risa es tan agradable?
─ ¿Por qué la risa es tan agradable?, preguntó alguien.
─ Porque la risa, respondió G., nos libera de una energía superflua que si quedara sin uso podría volverse negativa, es decir, tóxica. Tenemos siempre en nosotros una fuerte dosis de esta substancia tóxica. La risa es el antídoto. Pero este antídoto es necesario sólo mientras seamos incapaces de emplear toda nuestra energía para un trabajo útil. Se ha dicho que Cristo no rió jamás. Y en efecto, no encontrarán en los Evangelios la menor alusión al hecho de que Cristo haya reído una sola vez. Pero hay diferentes formas de no reír. Algunos nunca ríen porque están completamente sumergidos en sus emociones negativas, su malicia, su miedo, su odio, sus sospechas. Mientras que otros no ríen porque no pueden tener emociones negativas. Comprendan bien esto: en los centros superiores, la risa no puede existir, ya que, en los centros superiores, no hay división, no hay ni «sí» ni «no».”
─ Porque la risa, respondió G., nos libera de una energía superflua que si quedara sin uso podría volverse negativa, es decir, tóxica. Tenemos siempre en nosotros una fuerte dosis de esta substancia tóxica. La risa es el antídoto. Pero este antídoto es necesario sólo mientras seamos incapaces de emplear toda nuestra energía para un trabajo útil. Se ha dicho que Cristo no rió jamás. Y en efecto, no encontrarán en los Evangelios la menor alusión al hecho de que Cristo haya reído una sola vez. Pero hay diferentes formas de no reír. Algunos nunca ríen porque están completamente sumergidos en sus emociones negativas, su malicia, su miedo, su odio, sus sospechas. Mientras que otros no ríen porque no pueden tener emociones negativas. Comprendan bien esto: en los centros superiores, la risa no puede existir, ya que, en los centros superiores, no hay división, no hay ni «sí» ni «no».”
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